Antes de la calma todo empeora

Rehabilitando inicio mi quinto mes de infierno, pero con más ánimo si cabe, el dolor de la rehabilitación está ahí recordándome lo chungo de mi lesión, pero no pierdo, ni mucho menos, la esperanza de volver a no tener dolor y a poder tener la vida que se paro de repente.

Volveré cambiado, con el poso que me dejará el haber visto otra cara de la moneda, y es que en la vida hay partes duras como ésta y otras más agradables, pero la cicatriz del hombro, espero que sea lo único que me recuerde como un día estuve a punto de perderlo todo.

1 comentarios:

Micropene dijo...

Fuerza, compadre.

Un abrazo

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