La Inteligencia emocional de mi perro

Resulta que mi perro familiar, que es de toda la familia pero está emancipado, ese que nos saco a nosotros de la protectora de los que no tienen un can en sus vidas, resulta que es uno de los seres con mayor inteligencia emocional que conozco, no por lo profunda de ésta, si no por lo pura, básica y libre de segundas intenciones que es.


Willy, que así se llama, cuando quiere, quiere, cuando siente lástima, siente lástima, pero lo mejor es que cuando siente que esta amenazado, él y los que le rodeamos, no duda en sacar pecho, poner voz ronca y salir hacia el peligro, transmitiendo esa sensación de , "ehhhh, tranquilos pequeños que de esto me ocupo yo". Debido a mi larga baja y período de recuperación cuando estoy con el, le observo y me fascino con su forma de sentir, su despreocupación total hasta que se preocupa, su resignación ante el respeto y sobre todo ante su nobleza, porque Willy es más noble que cualquier mortal, el nunca nos abandonaría.


Su lealtad hasta la estupidez también es signo de la fe ciega y la tremenda confianza que tiene en el resto de la familia.

Se supone que su inteligencia es similar a la de un niño de 2 años, pero, yo me pregunto cual, porque su inteligencia emocional no la alcanzan muchos humanos en toda su mísera vida, y eso que dura de media casi 7 veces más.
p.d.: la foto no es de el, pero ahora no tengo ninguna a mano fácil.

3 comentarios:

Toro Mariposa dijo...

Si es que Willy no tiene precio...

Micropene dijo...

Sabias y bellas palabras, compadre. Y un acierto eso de la protectora de los que no tienen un perro en sus vidas.

Hay una frase que le atribuyen fálsamente a Hitler: "Cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro"; que suscribo.

Y creo que los animales (los otros animales, como matiza Punset)rescatados de un mal destino, son doblemente fieles y agradecidos. Aquí, en el zoo de Nairobi, la inmensa mayoría de los muchos bichejos que forman nuestra familia han sido recuperados, y son "especiales". Por desgracia algunos ya no están con nosotros, precisamente porque debido a las malas condiciones en que fueron recuperados nos llegaron ya condenados. Pero al menos, el tiempo que les duró su segunda oportunidad, te aseguro que recibieron todo el amor y las atenciones que merecían. (Se me saltan las lágrimas sólo de pensar en mi Lola, que ya no está. Lo que debió pasar esa perra sólo lo sabe ella).

Un abrazo Guile, y me ha alegrado mucho ver que actualizaste, porque pasaba por aquí precisamente para preguntar cómo te iba, porque en el blog-roll de nuestro Cansado, se ha atascado en la anterior entrada de hace un mes

Guile dijo...

Gracias Micropene y Toro al otro que "paece" tonto que se vaya a anunciarse a su puta casa.

Un saludo.

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