Underground

Semana nueva y nuevo viaje a las vías, esta semana toca la localidad de Sagunto en Valencia, un lugar curioso por lo extenso y peculiar del mismo, su zona antigua con castillo, su zona portuaria industrial y su zona turística playera del levante.

Pero lo que esta semana llama mi atención a 500km. de casa son los lugares "underground" que visito, esta zona de España me recuerda al lejano oeste de los vaqueros, en cuanto te sales de lo habitual y te metes entre naranjos y limoneros, te encuentras con casitas, de las que en un viaje hace años, me salió un tipo con revolver al cinturón (verídico), y esta vez, no podía ser menos, así que, nos fuimos a comer a un mesón regentado por moros (digo moros sin ánimo despectivo) lo digo, porque en esta zona siempre fueron ellos los moros y yo el cristiano, y de cristiano tengo yo mucho menos que ellos de moros.
Entonces, la historia cobró forma, resulto ser un antiguo restaurante regentado antaño por la mafia local y que fue, literalmente ametrallado desde el otro lado de las vías, ya que se trata del restaurante de la estación cercana a la subestación donde tengo que trabajar. Como no me lo creía, la gente de aquí me mostró los disparos que nadie había borrado de la fachada, ni tan siquiera las marcas del atestado e investigación científica de la policía, habían sido eliminadas, y ahí estaban, delante de ellas pasaba un montón de gente ajena completamente a lo que un día pasó en ese mismo lugar.
¿Se han planteado alguna vez, que los lugares por los que pasan han visto acontecer un montón de detalles peculiares y que incluso han dejado huella sin que nadie se percate de ello?.

Yo si me suelo fijar, sobre todo en estos viajes, en los detalles de todas esas cosas en las que nadie repara, en los gestos, en las miradas, en las pequeñas historias cotidianas de las que puedo ser espectador de primera línea, háganlo alguna vez, se lo aconsejo, descubrirán muchos nuevos mundos dentro de este, que de lo contrario, desaparecerán como el polvo en el viento...






1 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Que historia! y ¡qué mundos!, la verdad es que pasamos por lugares cotidianos y no reparamos en las historias que encierran, y no solo ya los lugares, si no las personas, que muchas veces encierran secretos y vidas que no imaginamos

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