LA VIDA MODERNA TIENE MÁS DE MODERNA QUE DE VIDA (por Eilire)

Eilire me ha pedido poder colaborar con esta entrada en el blog, juzguen ustedes mismos:

Cuantísima razón tenía Quino al poner esta frase en los inconformistas labios de Mafalda.
Esta vida que nos ha tocado vivir yo no voy a decir que sea ni mejor ni peor que la vida que les tocó vivir a nuestros padres o a nuestros abuelos, sencillamente diré que es diferente, pero también diré que adolece de defectos imperdonables. Sí, así de claro, en una sola palabra, imperdonables.
Porque es una vida que ha perdido la esencia de sí misma, y es que ¡la vida es para vivirla! Nos pasamos la vida posponiendo el disfrute de ésta para mañana, dejando la búsqueda de la felicidad para otro momento, buscando nuestra realización donde la masa estúpida que conforma la sociedad nos dice que debemos buscarla, somos esclavos del éxito profesional, la belleza y el prestigio social. Vivimos en un mundo repleto de gente y demasiadas veces nos sentimos absolutamente solos, perdidos en algún rincón oscuro de este maldito universo. Y si hay algo que nunca es una duda es que no tenemos tiempo. Nos movemos a través del tiempo sin poseerlo en ningún momento, nos arrastra con él y nos roba la energía, tratamos de atraparlo pero siempre se escapa de nuestras manos….siempre deseamos tiempo, tiempo que nunca tenemos, que nunca nos pertenece…hasta que un día, el tiempo se acaba….y qué miedo que ese día me pueda dar cuenta no sólo de que no alcancé ni el éxito profesional, ni la belleza ni el prestigio social, si no que ni siquiera era eso lo que quería….
Las imágenes son propiedad del autor: Quino(c)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con Eilire. Cada vez que vuelvo a casa, a las tantas, después de uno de esos interminables días laborados, en los que sin embargo no ocurre absolutamente nada que merezca ser recordado, pienso que si un gnomo me chivara al oído la cantidad exacta de días que me quedan de vida, y me diera cuenta de cómo voy malgastándolos en este sinsentido, me entraría el pánico y me echaría al monte.

Y siento romper la magia, pero sin que ningún gnomo me lo haya chivado al oído, la desventaja de ser un ser racional es que no se me escapa que por muy longevo que llegue a morir, esos días no suman tantos, y que sigo derrochándolos en naderías.

Y mira que a veces se acuerda uno de eso de vivir cada día como si fuera el último, pero qué prontito se olvida...

Anónimo dijo...

Será cuestión de no olvidar que cada día puede ser el último y de intentar disfrutar de los momentos de calidad (como diría Guile), pero lo cierto es que hay ocasiones en las que yo también me echaría al monte sin mirar atras....

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