Hoy me he dado cuenta en el trabajo, como la gente no se permite ni a si misma disponer del tiempo necesario para hacer cada cosa, al final , nadie hace nada bien del todo, porque parece que si uno dedica el tiempo que realmente requieren las cosas, es lento y lento es sinónimo de tonto, de incompetente.
El problema de esta forma de trabajar es que, al final, la gente no dedica el tiempo y sobre todo la atención necesaria a lo que hace. La gente intenta dedicar el menor tiempo posible a todo lo que hace por sistema, tenga o no tiempo. Esto nos lleva a vivir autoestresados por ese afán de superación temporal sin sentido.
Siempre he admirado a todos los oficios realizados por artesanos, la artesanía, esa forma de trabajar en la que lo que que importa es el resultado final y no las horas dedicadas a obtenerlo. En el fondo todos somos artesanos de lo que hacemos, pero lo importante no es hacerlo bien si no rápido.
Sean artesanos del tiempo y no malgasten el tiempo intentando no perderlo.
La gente no compite por hacer las cosas bien, compite por ser el que antes las entrega, no se valora el trabajo bien hecho, se valora el trabajo entregado en el menor tiempo posible, la gente, no se para a leer, no se para a analizar, ni tan siquiera valora, lo único que pretende es acabar y dedicar el menor tiempo y esfuerzo posible.
En esta sociedad "tecnologizada" en la que vivimos, la gente no se para a preguntarse el porqué de las cosas, se pregunta el cuando, sólo quiere que funcionen, pero, que miedo me da una sociedad que no se pregunta el porqué, que no dedica tiempo a investigar, que no dedica tiempo a aprender y que por definición ahoga su curiosidad con una artificial prisa.
Como no tenemos nada más precioso que el tiempo, no hay mayor generosidad que perderlo sin tenerlo en cuenta.
Vosotros, los europeos, tenéis los relojes, pero nosotros tenemos el tiempo.
Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar.
No es el tiempo el que nos falta. Somos nosotros quienes le faltamos a él.
El tiempo es el único capital de las personas que no tiene más que su inteligencia por fortuna.
El tiempo de la reflexión es una economía de tiempo.
3 comentarios:
No es el tiempo el que nos falta. Somos nosotros quienes le faltamos a él.
Pues sí, que razón tiene ésta cita.
De todas maneras, falta,falta tiempo y pasa demasiado rápido y mucha gente no se para a pensar porque no tienen tiempo y cuando lo hacen es tarde...
No siempre hay un porqué para todo,yo pensaba antes que sí, pero con el "tiempo" me di cuenta que estaba equivocada!
Saludos!.
Nos empeñamos en vivir en una carrera constante, competimos contra los demás, contra nosotros mismos y sobre todo contra el reloj.
Saber vivir con sencillez es una de las cosas que más felicidad da. Pero se nos olvida. No debemos dejar que los demás nos impongan sus ritmos.
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