Los tupper del tiempo

Un buen fin de semana ha dado paso a un principio de semana breve con vistas a un fin de semana largo. Pero sigo igual, me falta el tiempo, me falta el tiempo para hacer todas las cosas que me gustaría hacer, vivo la vida a contra-reloj, vivo los momentos obsesionado con cuando llegarán a su fin.

No voy a volver a hablar del tiempo y de lo subjetivo de éste, ni de lo absurda que es la vida, simplemente de lo necesitado que estoy de tiempo simplemente para no estar siempre pensando en él.
Lo que más me gustaría es poder dejar de pensar en el tiempo y en su tic tac de cuenta atrás que me persigue en la vida cotidiana. Me he dado cuenta que en el fondo todo lo que hago se puede contener en distintos "tupperwares(c)" de distintos tamaños según el tiempo que le dedique a cada cosa o, que cada cosa tenga asignado.

Finalmente llego a la conclusión de que el dinero es muy necesario para ser feliz, la salud es básica y el amor imprescindible, pero sin el contenedor que es el tiempo, con lo demás, no se hace nada.

Recuerdo cuando era más pequeño que no era consciente del tiempo, es más, me hacía gracia poder medirlo y controlarlo, hoy, me da miedo y desde luego, no soy yo quién lo controla a él.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es que pensamos que poseemos el tiempo pero es él el que nos posee a nosotros...

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con eilire,así es...cachis!

Besos majo.

Anónimo dijo...

Para contener el tiempo que dedico al trabajo y al resto de obligaciones
derivadas de la pertenencia a una sociedad occidental, no me bastaría un tupper, necesitaría un contenedor de 40 pies.

Y el tiempo que realmente dedico a las cosas que me gustan, el que puedo dedicar a lo que verdaderamente quiero, me sobraría con un tupper de esos pequeñines, donde guardamos las croquetas sobrantes. O sea que mi ocio = una croqueta.

Un abrazo

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