Los mayores, nos hacemos mayores...

Hay varios hitos en la pasada semana que me hacen pensar en la vejez, en hacerse viejo, por un lado, el anarquista D.Fernando Fernán Gómez, cuyo entierro me gustaría emular en el mío propio, por su forma y modo, una vida consecuente hasta su final y a quién no le guste que... "se vaya a la mierda", que solía decir Fernán Gómez.
Pero lo que más me gusta de este hombre, era su extraordinaria sinceridad, decía lo que pensaba, era capaz de autocriticarse con gran inteligencia, (el ser capaz de la auto-crítica, ya denota una inteligencia superior), y la capacidad de expresar con especial exactitud sus ideas de la vida.
No me gusta tanto su persona por hombre del cine, como por su faceta de hombre a secas, por ser consecuente con sus ideas, parecidos y opiniones, descanse en paz, o mejor entre las féminas que le gustasen en actitud lasciva.

Por otro lado, he tenido que visitar a un familiar de 85 "castañas" que vive sólo en un pueblo de la tierra de campos y se autonegocia, con su vida simple, pero completa. Que triste es hacerse mayor y perder capacidades, necesitar depender de otros cuando menos apetece depender de nadie, volver hacia atrás y lo peor, darse cuenta.

Yo quiero envejecer, pero el día que me quiera morir, que me maten (a ser posible a polvos), pero que me maten, que para malvivir cuando se debe vivir mejor que nunca paso.

Por otro lado, la vida debería ser al revés, como decía este anuncio de Mercedes-Benz, recuerden que soy de la generación de la imagen y el sonido, y encuentro cultura hata en los anuncios.

Hacerse mayor y dejar de disfrutar de la vida, que los pequeños problemas sean tragedias y además no disfrutar de la vejez no es justo.
¿Mejor morir y dejar un bonito cadaver?, pues tal vez, no lo se, pero vivir quemando la juventud para sufrir en la madurez, tampoco es lo correcto.

Acuérdense de sus mayores de vez en cuando y disfruten de sus experiencias, aprendan de ellas y enriquézcanse a cambio de escuchar, a los que ya nadie quiere escuchar, seguro que se lo "devuelven aumentado".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por partes.
La autocrítica y el reirse de uno mismo son dos de las cualidades humanas más envidiables, todos deberíamos aspirar a ellas.
Y la vejez...la verdad es que hay casos que tienen que ser durillos...el caso en tierra de campos que comentas es uno de ellos, vivir en soledad, con pocos recursos económicos, y viendo como todos los tuyos se van yendo, de una forma o de otra...ver como tus habilidades físicas y mentales van desapareciendo...en fin, que muchas veces se trata a las personas mayores como si fueran un estorbo y eso es un error muy grande propio de culturas ignorantes.

Anónimo dijo...

A mí lo que más me inquieta al charlar con mayores, es que absolutamente todos coinciden en que la vida les ha pasado en un suspiro, visto y no visto. No conozco ni un solo caso que diga que se le ha hecho larga o que sienta que ya ha tenido bastante.

Antes me costaba entenderlo: que alguien con 80 y pico años dijera "parece que fue ayer..." cuando recordaba su infancia o juventud; pero hoy por hoy, debido al vértigo con el que se le vuelan los meses a mi almanaque, lo entiendo perfectamente. Y me asusto, amigo, me asusto...

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